Nosotros los "vagos"... PARAMOS TODOS, PARAS TU, PARA EL, PARO YO!

Y la gente se molesta con esto de que los docentes paran, y comentan por ahí:

¿Qué quieren? ¿Cuánto quieren ganar?

¿Qué pretenden, acaso los demás ganamos sueldos cuantiosos?

¿Acaso los jubilados cobran todo en blanco?

¿Acaso los médicos trabajan en condiciones dignas?

¿Acaso nuestros hijos tienen el derecho de recibir una educación gratuita en este país donde todo está dado vuelta?

¡¿Acaso nosotros los ciudadanos tenemos el derecho de tener un pueblo inteligente y con oportunidades?! ¿Acaso, acaso, acaso...??? éstas son las preguntas que siempre quedan sin responder, es por esto que me pareció muy enriquecedor utilizar este espacio para informar sobre “algunas cosillas” que suceden y que no terminan de aclararse.

Tristemente, por otra vía aparece un representante de la ciudad diciendo, ¡Esos vagos que se vayan a trabajar!”, qué bárbaro! Vagos pasó a ser un sinónimo de docentes.

Pronunciado en labios de la oligarquía más extrema y la hipocresía más devastadora, suena como una amenaza a la integridad de las personas que componen esta sociedad (ya que el docente es y será el máximo exponente del trabajo), mal que le pese a muchos.


¿Qué entendemos por educación?

Para qué necesitamos que un pueblo sea educado.

En las mentes inteligentes de nuestros antepasados más gloriosos, surgía la idea, que la sociedad debía acceder a una educación sin límites, amplia y gratuita para que todos dispusieran de herramientas que les proporcionaran la formación de ideales de libertad, lucha y trabajo, para gozar de una vida con calidad.

Con el transcurso del tiempo esto fue cambiando y surgieron intereses de las grandes empresas globalizadoras del saber.


La educación como tantas otras cuestiones fue el último motivo para incluir en sus planes, privilegiando el manejo de grandes capitales sobre grandes ideas, así es que los planes de educación se fueron poniendo al servicio de unos pocos y descartando cada vez más a unos cuantos.

Bajo la sombra de algunos discursos solapados como “vamos a otorgar becas de comedores para que los chicos mas necesitados puedan tener un plato de comida caliente y saludable todos los días”, en vez de decir “vamos a generar mas puestos de trabajo para que los mas necesitados puedan llevar a sus casas el alimento diario” siempre se elige el mal menor, y nos vamos conformando y hasta creyendo que la idea de los comedores escolares tal como están funcionando es la mejor, pero ¿quién controla la calidad de esos alimentos? ¿Quién selecciona al personal que debe verificar la comida de nuestros pibes?

1 comentario:

Román dijo...

Cristina, como refiere tu artículo cada vez más se piensa a la escuela, sea esta pública o privada, como una empresa. Pocos piensan en las múltiples funciones por las que debe pasar un docente, desde enseñar hasta contener. Y la de su conversión en un docente-taxi cuando tiene horas en varias escuelas, que lo hace perder el arraigo en las instituciones. Claro, todos estos malestares no son visibles para un sociedad que todavía piensan que los maestros no están mal pagos y que las medidas de fuerza son por antojo.