Por Brenda Hardenack
La cultura se entiende como un tejido donde están las ideas, las actitudes, las costumbres y todo lo que se va transmitiendo de generación en generación y cada generación va haciendo modificaciones. De esta manera, se podría decir que la cultura se aprende y por tanto es un sistema de valores y de ideas que se van transmitiendo. Es necesario detenerse en la definición de la palabra “cultura” debido a que, precisamente, en las diferencias culturales entre las comunidades latinoamericanas se presentan los grandes problemas comunicacionales entre unas y otras.
El mundo es conocido por los seres humanos (es decir, se nos hace inteligible) no de modo inmediato, sino a través de signos que se relacionan entre sí y que generan nuevos signos que dependen de los sistemas interpretantes, es decir por diferentes sistemas culturales con los que entran en relación. Aquí entra en juego el tema del lenguaje verbal, una de las herramientas fundamentales que permite la comunicación entre las personas. Por ejemplo, en Argentina la palabra “tenis” se utiliza para hacer referencia a un deporte; mientras que en otros países de habla hispana, esta palabra tiene el significado que aquí posee la palabra “Zapatillas”. Es decir, por más que todo el continente latinoamericano comparta el mismo idioma castellano, no siempre el uso del mismo posibilite una buena comunicación. Si bien, éste es un ejemplo trivial puede demostrar el rasgo cultural y el uso del lenguaje en las diferentes sociedades. Esto quiere decir, que sería un error considerar que signos idénticos tengan idéntica significación en contextos culturales diferentes. Es por eso, que se podría decir que uno de los problemas comunicacionales entre la comunidad Argentina y las otras comunidades latinoamericanas puede radicar en que poseen signos idénticos pero como su contextualización cultural es diferente sus significaciones también lo son. Esta incomunicación entre las culturas muchas veces lleva adosado un importante componente discriminatorio por ciertos sectores de la comunidad Argentina hacia el resto de los inmigrantes. De este modo, se produce una estigmatización compuesta por adjetivos despectivos como ser: “negros”, “villeros”, “sucios”, “ignorantes” para referirse a las personas que componen estas comunidades inmigratorias. Ya que hay un imaginario colectivo de que los inmigrantes vienen a usurpar nuestro territorio, nuestros hospitales, nuestras escuelas, nuestro trabajo y quitarnos lo que nos corresponde como ciudadanos argentinos.
Paralelamente, se esta dando en este último tiempo desde el punto de vista de los gobiernos latinoamericanos un discurso de unidad territorial con una connotación de hermandad para formar parte de una misma cultura que comparte tradiciones que fueron arrebatadas por los imperialismos de los principales centros dominantes. De esta manera, en los discursos políticos parecerían desaparecer las diferencias culturales existentes enfatizando la tradición histórica compuesta por un mismo origen de saqueo, invasión, matanza de parte de los colonizadores europeos. Remarcando las riquezas naturales de cada uno de los países que mediante una fuerte unión regional hará posible un bloque firme para lograr dejar de depender de los países hegemónicos mundiales. Sin embargo, estos discursos no dan cuenta de las diferencias reales existentes entre estos pueblos que conviven en un mismo territorio y lo que éstas generan que no es más que el alejamiento entre uno y otros. Es así que el problema comunicacional entre los ciudadanos latinoamericanos se contrapone al discurso por parte de los gobiernos territoriales.
Desde el punto de vista de los ciudadanos argentinos y los ciudadanos inmigrantes existe una fuerte incomunicación, que hace presente un conflicto, ya que no se postula una relación de igualdad. Es por eso, que dichas comunidades inmigratorias generan sus propios espacios comunicacionales como por ejemplo, en bares, en fiestas, totalmente separados. Esto trae aparejado un aislamiento y grandes dificultades comunicacionales para su integración, haciendo más evidente las diferencias de los sistemas interpretantes producto de la contextualización cultural. Produciendo un discurso antagónico al propuesto por los gobiernos latinoamericanos que exaltan un discurso plagado de adjetivos con una fuerte connotación a la unión latinoamericana.
Tal vez después de tantos años de incomunicación entre los territorios latinoamericanos ha llegado el momento de dejar de lado las diferencias culturales como abordajes de las diferencias y comencemos a aceptarlas como formas de vida diferentes, como costumbres diferentes, y que eso no nos lleve a no ver que formamos parte de una tradición cultural latinoamericana que puede generar una relación de alianza en nuestro continente.
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2 comentarios:
Amiga Brenda ,desde el otro lado del mundo leo tu nota sobre las culturas y disfruto al coincidir con tus opiniones.Yo con mis Nomades y vos con tu escritura.
Al fin y al cabo somos todos cuidadanos del mundo y esa libertad de pensamiento y de sentimiento hay que lucharla porque vale la pena.
Un Saludo
Romina Balestrino.
NO hay dudas sobre las cualidades de cada uno. Leo es bizco, Lau camina como un pato y sole (o sea yo) tengo tres orejas . De más esta decir que podés llamarlas defectos físicos, o cualidades, pero como les llames, nada influye sobre nuestras actividades y quehaceres. En temas psicológicos no me meto, porque no tengo idea de la materia,asi como calculo que la autora de esta nota tampoco la tendrá (solo lo supongo), pero justamente ahi está el punto. En que el fin de las cualidades psicologicas o no, no tienen que ver con esta nota. Esta nota trata simple y llanamente sobre la comunicación, sobre cómo las palabras pueden entenderse de forma distinta aún diciendola exactamente igual, y ésto sucede cuando existen distintas culturas.- En fin, no voy a explayarme más, para repetir lo que la nota dice o hacer un manual de "interpretación", simplemente la idea es entender la nota como tal y desde el punto que está dirigida.-
Obviamente nos encanta que dejen comentorios, que expresen lo que sientan, porque de última, este es el fin inmediato que buscamos. Generar algo en el otro.
Asi que te agradezco un montón, primero el leernos, y segundo, el habernos dejado comentario. También me supongo que sos alguien conocido así que ya me enteraré quien sos je.- Tercero quiero decir que no pongo en duda el sistema de exlusión, un mecanismo claro y bruto que al parecer nadie le da importancia, como si convivir con el sea algo sin consecuencias.
Cuarto, y vamos terminando, el comentario en la otra nota me merece casi el mismo resultado en la respuesta.Es cierto que las diferencias son socioculturales, creo que la nota es clara referida a ello, pero no podemos obviar la existencia de fronteras para "llamarnos" o "llamarlos" o como quieras decirle.-
Sino, terminaríamos escribiendo sin sentido y en un lenguaje que nadie escribiría, salvo el que lo escribió, y el resto, entendería solo lo que quisiera entender....viste como es?...existen tantas interpretaciones como personas...
Saludos desde Saturno...(solo porque tengo anillos...)
Sole.-
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