….existen ilegales porque existe una legislación que define la migración espontánea como infracción…
Por M. Laura Flores
Ojos de otro siglo
Si con las primeras corrientes inmigratorias se fue dando una “europeización” de nuestro país, con los recientes contingentes se incorporó el componente “latinoamericano”, que lejos está de poseer la misma mirada que tenían aquellos de principio del siglo XX.
Una contradicción recorre la anatomía de la Argentina. Nuestro país tiene una tradición solidaria (por otra parte, propia de los países del Cono Sur) y desde siempre ha sido señalado como hospitalario. Sin embargo, este principio de siglo nos trae una contradicción ardua de comprender, contradicción que cabalga entre la bienvenida a las corrientes inmigratorias europeas de hace 60 años y la aguda estigmatización de corrientes de latinoamericanos que fluye hoy.
Aquella primera inmigración europea logró fusionarse y asimilarse históricamente, al punto de lograr una identidad que se refleja en la frase “los argentinos descendemos de los barcos”, aun cuando la inmigración real haya distado de las pretensiones de la elite de aquel momento y las oleadas de proletarios y campesinos españoles e italianos fueron mucho mayor que los añorados ingleses, franceses y galeses. “Es que con esos enjambres de inmigrantes de todas las nacionalidades, vienen oleadas de barbarie no menos poderosas que las que en sentido opuesto agitan a la Pampa…”, le escribía Sarmiento al Ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, en 1870.
Es difícil entonces, entender por qué esta nueva inmigración latinoamericana tiene matices que rozan la marginalidad y mientras la inseguridad se torna en una sensación crecientemente cotidiana, el inmigrante boliviano, peruano, paraguayo, comienza a ser presentado como culpable de variados padecimientos. Enemigo implícito en una lucha por los pocos, informales o precarios trabajos subsistentes, responsable de la delincuencia y depredador masivo de los lerdos servicios sociales.
El amanecer del exilio
Los años sesenta y setenta fueron, para América Latina, el amanecer a los cruentos golpes militares. Amanecía sin sol, y durante ese oscuro día del continente, fueron millones los latinoamericanos que se vieron obligados a dejar sus países para escapar de la represión. Los países del cono sur fueron particularmente afectados por la ocupación militar, y por tanto fue allí donde se registraron las tasas de exilio más altas. En muchos casos, los destinos fueron países de Europa (como un trueque del destino, los mismos europeos que décadas atrás -en muchos casos escapando de la guerra- pisaron suelo americano fueron los que recibieron a nuestros exiliados políticos), pero otras veces, se exiliaban hacia países limítrofes. Así se da el caso de chilenos y uruguayos que cruzaron la frontera para instalarse -algunos definitivamente- en Argentina.
Si bien aquella oleada de inmigrantes-exiliados fue abundante y marcó de alguna forma la vida social y cultural de nuestro país, no menos impactante fue el éxodo masivo que en la década del 90 impactó a Argentina. Esta vez, fueron -en su mayoría- bolivianos, peruanos y paraguayos que se vieron obligados a dejar sus países por falta de políticas sociales que plantearan una mejor calidad de vida en sus tierras.
Para leer esta nota completa adquirí la edición impresa de PostaData en sus puntos de venta.
3 comentarios:
Epaaaaaa, che... que lindo esto, loco. Pinta muy copado.
Y que lindo encontrarte despues de tanto tiempo. Que lindo saber de vos...
BESOTES!
FEpE
No me sorprende que alguien como vos siga motivada con ideas como estas... si me sorprende la capacidad de lectura, lexico u opinion. Mis felicitaciones a vos, laura!!! y las hago extensivas a todos los q ponen un granito de arena para esta revista y para toda la comunicación alternativa. Abramos la ventana de una buena vez y empecemos a mirar las cosas como son, no como nos las venden los malditos medios deformadores de comunicacion!. Ah... saludos jejejeje
Denise... una comunicadora social...
QUE BUENO ES LEERTE Y EN ESA LECTURA ENCONTRARME CON LA LAURA DE SIEMPRE CARGADA DE TERNURA.
UN ABRAZO
Publicar un comentario