Pensar las artes como un Mc Donalds

El papel del arte en la actualidad

Por Mariel Bordenave

Hace unos años leyendo el “Diario de Colón”, me sorprendí ante su mirada de las Américas, como un lugar exótico por su vegetación, sus habitantes, costumbres, creencias y por supuesto, su cultura. Claramente, para él esta gente era incivilizada.

Pero en fin, para muchos artistas estas tierras fueron ricas para su producción, ya que lo exótico del lugar les permitía mostrar sus dotes técnicas. Estos artistas queriendo (o sin querer) fueron quienes presentaron al resto del mundo como era esa América, en una función mucho más cercana a la de un comunicador, que a la de un genio del arte. ¿Pero por qué hablo de esto cuando la temática es la inmigración actual de la Argentina?. Porque curiosamente busqué, sin suerte, algún artista que tomara esta temática en su obra, que mostrara que es lo que estaba sucediendo en este momento (y desde hace unos años) en nuestro país; lo cual me llevó a una reflexión que paso a compartir.

Resulta ser que en los años 70 estábamos sumergidos entre peronistas y anti-peronistas, lo político era lo importante: muchos artistas (por supuesto no en los circuitos oficiales) hablaron y denunciaron por medio de su obra lo que sucedía. Muchos de ellos se tuvieron que callar, o los callaron (o todos los etc que corresponden a esta historia), pero cuando volvió la democracia, algunos de los artistas que no pudieron mostrar su obra, comenzaron a hablar.

Para este momento el mercado del arte argentino ya había comenzado a adquirir cierto vicio de tomar para sus galerías a artistas que preferían comprar o tomar vanguardias extranjeras como propias, sin pensar en el transfondo o el concepto que las inspiraban, sino que mas bien solo copiaban una formula europea o americana (sin lo latino) de técnicas políticamente correctas hoy llamadas “multiculturales” (ja!) o representaciones universales, poniendo así el arte argentino nuevamente en el centro del arte internacional, no como un arte excéntrico o diferente, sino como un país de Latinoamérica, muy europeo.

Ni me detendré demasiado en la década del menemato, los hermosos 90, donde en el arte casi podríamos decir que lo mejor era dejar de pensar. Y ni hablar de que éste represente su actualidad, ni de críticas; solo arte lindo para no reflexionar, galerías llenas de pinturas color pastel que siguen invadiendo en gran medida el arte argentino.

Por supuesto que en estas galerías hay arte que representa – con mucha fidelidad de caracteres físicos – a estos seres exóticos que han invadido nuestro país, bolivianos, paraguayos y otros. Pero justamente éstas obras, los presentan como eso, como seres rarísimos e incivilizados de los que habla Colón en su Diario de Indias. ¿Será que somos los pintores de los exóticos de antaño? O ¿será que no hemos avanzado en nada?, ¿será que de verdad creemos que somos europeos en América, o simplemente será que construir una identidad latinoamericana nos es muy difícil porque nos tenemos que sentar a pensar qué queremos ser y cómo queremos construirlo?

(Para leer esta nota completa adquirí la edición impresa de PostaData en sus puntos de venta).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante lo que planteás. En los 90' se da ese quiebre en el arte, sobre todo en la música, donde los mensajes comienzan a ser tan vanales como un escupitajo espeso y con sabor a chicle. Lo sufrí de esa forma. Bueno, este fragmento de la nota me gustó mucho.

Anónimo dijo...

quise decir banal (que bruto!).
abrazos