Cómo despertar la lucidez

1 “Me preocupa que tengan siempre presente que enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información pero dando también, enseñando también, el método para entender, analizar, razonar y cuestionar esa información. Hay una misión o un mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha encomendado, pero que yo espero de ustedes, como maestros, se la impongan a sí mismos: despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin piedad. Sin límites”.

Las palabras pertenecen a Fernando Robles, un profesor de pedagogía ficticio que interpreta Federico Luppi en la película “Lugares comunes”.

Sabias palabras las del guionista, lindas palabras para poner en boca de un profesor que apela e interpreta a la educación como una herramienta de critica, y no como una mera acción de transmisión de conocimientos.

La pregunta es intrépida y maleducada ¿cómo pretender enseñar a razonar en las escuelas argentinas de este comienzo de siglo? ¿es posible pensar con las panzas cuasi vacías? ¿es posible la enseñanza del razonar con docentes que corren para llegar de un colegio a otro? (por si hay que aclarar: con un solo cargo no alcanza).

Las preguntas pueden ser miles, las respuestas también, pero la realidad es una, es tangible, y es incomoda.