Venas que siguen abiertas

Por Eduardo Poma

El arribo de Cristóbal Colón a América fue un emprendimiento que hizo posible uno de los hechos más destacados de la historia de la humanidad. A partir de esa fecha, en menos de un siglo, se pudo alcanzar a conocer la dimensión total del planeta en un sentido virgen, hasta entonces, por occidente. Se vincularon así mundos desconocidos entre sí con los más diversos estados de desarrollo. La ventaja para los europeos fue conocer la pólvora, la brújula, el papel y la imprenta, entre otras adquisiciones.

El solo hecho de pisar tierra americana produjo una espectacular cadena de acontecimientos que transformó y dinamizó la historia de la humanidad. El descubrimiento de oro y plata en el continente desataron un verdadero aluvión colonizador.
Centenares de expediciones y millares de hombres fueron tras los pasos de las noticias de fabulosas fortunas. En los primeros 150 años de conquista, 17 mil toneladas de plata y unos 200 toneladas de oro arribaron a España y potenciaron el incipiente desarrollo comercial y manufacturero, que abrió las compuertas a la Revolución Industrial
y al desarrollo capitalista de Europa. Un siglo después de la llegada de las carabelas de Cristóbal Colón al mar Caribe, de los más de 70 millones de indígenas preexistentes sólo quedaban tres millones y medio de almas. Primero, fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión. Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo y finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias.
La casi extinción de la población nativa generó otro genocidio; al propiciar el repudiable comercio de seres humanos, al arrancar millones de africanos de su tierra ancestral para traerlos a nuestro continente como mano de obra esclava.
Medio milenio después, no se puede ocultar el exterminio indígena, salió a la luz otra versión de la historia, atrás quedaron definiciones como el «descubrimiento de América», que pretendía ignorar la existencia de millones de seres humanos que habían descubierto el continente miles de años atrás. También quedó demodé la más reciente definición de «encuentro de dos mundos», cuando en realidad, subyace el aplastamiento de uno por otro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con muchas cosas, con otras no. Siempre se hace revisionismo con el descubrimiento de América, pero eso pasó hace 516 años. Creo que hay un ensañamiento con el tema. Si nos trasladáramos a esa época la visión sería distinta, es muy fácil hablar a esta altura del tiempo del exterminio de seres humanos. ¿Acaso alguien recuerda que hace apenas unas decenas de años en EEUU los negros viajaban separados de los blancos entre otras muchas obscenidades? ¿O acaso en el presente y supuestamente con muchos años de cultura no seguimos discriminando a los nativos auténticos de América y además exterminándolos? ¡Y ojo... ahí no están los colonizadores españoles!!

El revisionismo histórico me tiene harta. Sería bueno que habláramos también de los romanos, por ejemplo.

Postadata dijo...

Julia: esta bueno que estes o no de acuerdo. Esta bueno que opines.Es lo que busca justamente esta revista. Esta nota tiene que ver con el Dossier que este número elegimos, inmigración latinoamericana. Nos pareció un tema lindo para abordar para arrancar. Cada número tendrá un tema diferente.- Quizás algún día, también le toque a los romanos, quien te dice.-
Muchas gracias por haberte pasado.-

Postadata dijo...

Julia: esta bueno que estes o no de acuerdo. Esta bueno que opines.Es lo que busca justamente esta revista. Esta nota tiene que ver con el Dossier que este número elegimos, inmigración latinoamericana. Nos pareció un tema lindo para abordar para arrancar. Cada número tendrá un tema diferente.- Quizás algún día, también le toque a los romanos, quien te dice.-
Muchas gracias por haberte pasado.-